Descanse en paz, amauta. Demetrio Túpac Yupanqui falleció a los 94 años

Aunque haya partido físicamente, vivirá junto a su lengua materna. El amauta Demetrio Túpac Yupanqui, principal difusor del idioma quechua, falleció a sus 94 años tras haber estado internado desde el 29 de abril en el hospital Almenara.
A través de una publicación en su cuenta de Facebook, el periodista Carlos Páucar expresó sus condolencias a la familia y la admiración hacia un personaje de nuestro país que entregó cada día de su vida a la difusión de nuestra cultura andina. “Si alguien merece ser llamado amauta es justamente don Demetrio Túpac Yupanqui, que hizo más patria que muchos políticos y autoridades”, manifestó en su red social.
El maestro Demetrio Túpac Yupanqui ha sido reconocido a nivel mundial por su ardua labor cultural, que tuvo su máxima expresión en la traducción de “Don Quijote de la Mancha” al quechua. La educación de los peruanos que rechazaban sus raíces, y la educación de su pueblo con negadas posibilidades para acceder a la escuela, fueron sus principales preocupaciones. Estudió derecho en la universidad San Marcos y filosofía en la Pontificia Universidad Católica, pero dedicó su vida a la docencia con el incansable afán de que se reconozca al runa simi como lo que es: la lengua originaria de todos los peruanos.
Ese objetivo se fue gestando desde muy joven y nunca se amilanó, a pesar de las discriminaciones que sufrió desde que llegó a Lima desde su natal Cusco. Quizá esto fue lo que le despertó el ímpetu por lograr una identidad cultural en el Perú. Gracias a él, hoy “cholo” no es una palabra que deba ofendernos. “Ya no es un insulto, significa limeño”, respondió hace poco tiempo cuando le preguntaron sobre el término.
“¡Y se llama Túpac Yupanqui!”, comentaban sorprendidos cuando el amauta ingresaba a las aulas de la Católica en su etapa universitaria. Y hoy todos podemos afirmar con orgullo que ese peruano fue Túpac Yupanqui, maestro que dejó bien alto este nombre de linaje incaico. Él nunca agachó la cabeza, nunca sintió vergüenza de su apellido.
“Desgraciadamente, todavía te menosprecian si hablas quechua”, aseguraba con toda la firmeza de su palabra hace pocos años atrás. Pese al gran esfuerzo que realizó y los múltiples logros que cosechó, aún siguen habiendo diferencias étnicas marcadas en nuestro país. La mejor manera de recordarlo y conmemorar su trabajo será siguiendo su camino.
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