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A 52 años del golpe militar en Chile: una herida aún abierta que divide a la sociedad

Según informes oficiales, la dictadura fue responsable de violaciones a los derechos humanos, entre ellas el asesinato de 1747 personas. Además, se registraron 1469 casos de detención y desaparición forzada, de los cuales solo se ha logrado identificar a 307 víctimas.
Soldados golpistas atacan el Palacio de La Moneda en Santiago de Chile durante el golpe de estado del 11 de setiembre de 1973. Foto: AFP.
13:24 h - Jue, 11 Sep 2025

Hoy, 11 de setiembre, se conmemoran 52 años del golpe militar en Chile que, hasta el día de hoy, mantiene dividida a la sociedad del país sureño. Eran las 14:00 horas del 11 de setiembre de 1973 cuando las tropas, al mando del general Augusto Pinochet, dieron el parte: Salvador Allende, el primer presidente marxista elegido por voto popular, se había suicidado en el Palacio de La Moneda.

Entonces, Chile, jaqueado por la inflación y la falta de alimentos, se adentraba en una dictadura de 17 años (1973-1990), que dejó miles de muertos y desaparecidos, una economía privatizada y una brecha insalvable entre los críticos y los defensores del régimen militar.

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Entre las huellas más dolorosas de ese período está la desaparición forzada de personas, una práctica sistemática del aparato represivo del Estado.

DESAPARICIONES FORZADAS

La dictadura asesinó a 1747 personas y fue responsable de la detención y desaparición de otras 1469, de las cuales solo se ha logrado identificar a 307, según informes oficiales.

El resto, 1162, siguen desaparecidos. "¿Dónde están?", todavía se preguntan sus familias medio siglo después.

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Manifestantes sostienen fotos de personas desaparecidas durante una marcha para conmemorar el 52º aniversario del golpe militar de 1973 en Santiago, el 7 de septiembre de 2025. Foto: AFP.

Cuando la Policía política detuvo en 1974 a Luis Mahuida, un universitario de 23 años que militaba en la izquierda, también puso fin a la infancia de su hermana, Marialina González, que tenía entonces solo nueve años.

Su madre, Elsa Esquivel, se dedicó a buscar a su hijo a tiempo completo. González, por su parte, asumió el cuidado de las dos hijas de Luis, de once meses y tres años.

"Dejé las muñecas. Mis sobrinas eran unas muñecas para mí", relata.

Nunca terminó el colegio. Recorrió cientos de lugares preguntando por su hermano. Incluso llegó a hacer una huelga de hambre y recuerda haber sido detenida varias veces mientras participaba en marchas por los desaparecidos.

González lamenta su infancia y juventud perdidas por culpa de la dictadura: "No fui capaz de decirles ‘paren, déjenme ser, yo quiero salir a bailar, quiero tener amigos’. Me quedé callada", confiesa.

Hoy dedicada al cuidado de su anciana madre, siente que el sufrimiento la acompañará hasta la vejez: "No hay cierre, por el hecho de que mi hermano siga desaparecido. No va a haber cierre", sentencia.

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Un hombre coloca flores en los nichos de las víctimas de la dictadura en Chile (1973-1990) en el Cementerio General durante una marcha para conmemorar el 52º aniversario del golpe militar de 1973, en Santiago, el 7 de septiembre de 2025. Foto: AFP.

EXILIO CHILENO

La dictadura generó el mayor movimiento migratorio en la historia de Chile: poco más de 200 000 personas se exiliaron, según la Comisión Chilena de Derechos Humanos.

Funcionarios del gobierno de Allende, dirigentes sindicales, obreros, estudiantes y campesinos debieron abandonar el país junto a sus familias. Suecia, México, Argentina, Francia y Venezuela fueron los principales países de destino.

La mayoría pudo regresar a Chile a partir del 1 de setiembre de 1988, cuando un decreto autorizó su regreso, un año y medio antes del final de la dictadura.

La militante comunista Shaira Sepúlveda fue torturada en las prisiones clandestinas de Villa Grimaldi y Cuatro Álamos. Tras ser liberada, partió exiliada en 1976 a Francia junto a su entonces esposo, dejando atrás a sus padres, su hermana y sus amigos en Santiago.

"Mi familia estaba aquí, mi hermana, mis padres... pero fue más fuerte el impacto de tener que irte a un país donde no eres nadie", recuerda.

Regresó 17 años después, junto a sus dos hijos. Pero su familia volvió a quebrarse: el mayor no se acostumbró a Chile y regresó a Europa. "Soy una mujer mayor, entonces mis nietos de allá casi no me van a conocer", se lamenta Sepúlveda, hoy de 74 años.

MUERTE DE PINOCHET

El 11 de marzo de 1990, Pinochet entregó el poder tras perder un referendo, pero permaneció otros ocho años al frente del Ejército. Fue senador "vitalicio" hasta 2002, cuando renunció.

Murió a los 91 años cuando estaba bajo arresto domiciliario por tres casos de violaciones de derechos humanos y uno de malversación de fondos públicos. Su dictadura de 17 años dejó 3200 víctimas entre muertos y desaparecidos.

La Concertación Democrática, una coalición de partidos de centro izquierda, gobernó por 20 años tras el fin de la dictadura sin meterse jamás con la figura de Pinochet. Esa transición "blanda" le terminó dando "validez", explica la socióloga Marta Lagos, directora de la encuestadora Mori.

Con información y fotos de AFP.

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